Casting para Brittany M. Fox

# Nombre completo del PJ: Brittany Marie Fox

# ¿Por qué te gustaría tomarlo?: porque a pesar de ser muy distinta a lo que soy yo, es la clase de personajes que usualmente... ¿cómo decirlo? Con los que roleo x) Y nada, se que la puedo "interpretar" bien.

# Casting: necesitaba un cambio de aire, era por eso que había decidido tomarme unas vacaciones. Vacaciones, largas vacaciones. Estaba harta de Los Angeles, a decir verdad. Sí, es una ciudad maravillosa, pero se vuelve un tanto monótona cuando pasaste allí toda tu vida. Así que ese era el principal motivo, a decir verdad. Por otro lado, ya tenía veintiún años y no era una niña, tal vez podría encontrar un lugar lejos de casa donde establecerme. Ya había terminado la carrera de diseñadora en la universidad, y estaba ansiosa por comenzar mi verdadera vida en otro lugar. Extrañar a las amistades, las extrañaría, pero estaba segura de que encontraría buena gente allí donde iba. Más que nada por mi actitud, estaba predispuesta a hacer buenas migas con todo el mundo aunque fueran completos extraños.

El viaje en avión hacia Inglaterra había sido particularmente agotador. No porque hubiera estado de aquí para allí en el avión, sino porque era una chica que no podía estar quieta, y tantas horas postrada en un asiento se me hacía muy cansador. Aparte que se me había hecho muy difícil conciliar el sueño, seguramente por la emoción, pero otro poco por los ronquidos de mi compañero de fila. No solo había sido totalmente asqueroso, sino descortés, pero había preferido guardarme el comentario y poner atención en la película de cable que estaban pasando, cosa que no sirvió demasiado. A pesar de todo, logre dormir antes de llegar a Dover, pero en el viaje en auto desde el aeropuerto hasta la ciudad. Ahora que lo pienso, todo eso valió la pena.

-¿Necesita ayuda con las maletas, señorita? -me pregunto el taxista, cuando bajé del auto frente a la casa de aspecto victoriano que alquilaba.
-Se lo agradecería muchísimo -fue mi respuesta, acompañada por una amable sonrisa.

Me acomodé la falda negra, que me llegaba por las rodillas, y tomé una de las típicas valijas con ruedas rojas, de esas baratas que compras cuando te das cuenta de que se te acaba el tiempo para empacar y no te entra toda tu ropa en una sola maleta. Caminé con cuidado por el caminito de piedras que había hasta la puerta de entrada y saqué las llaves de la cartera. El sonido del chasquido de la puerta se sintió realmente reconfortante. Para una persona que nunca ha tenido casa propia en toda su vida, esa pequeña casita antigua alquilada para unas mini-vacaciones es lo más cercano al hogar que podría llegar a conocer. Pero para mi bastaba, ya me hacía inmensamente feliz. Le agradecí su ayuda al taxista y le pagué, con una propina extra, antes de entrar con las cosas.

Era perfecta, realmente perfecta. La sala de estar con los muebles beige, los cuadros clásicos, las cortinas blancas con puntilla... Eran todo lo que yo había soñado. Y lo que había visto por foto, claro esta, pero la sensación de tener todo eso en frente era realmente agradable. Como si todo estuviera bien. Y todo estaba bien, ya estaba en casa.